Katy Perry lanzó su muy anunciado sexto álbum de estudio “Witness”, que venía adelantando varios sencillos muy bien recibidos por sus fans y en general.
Por su parte Taylor Swift, su colega y rival personal, casualmente, hoy también lanzó su discografía completa en Spotify y en otros servicios de música en streaming, como queriendo desviar el esperado estreno de “Witness”.
Recordemos que en 2014, Taylor Swift retiró su catálogo de Spotify y de otras plataformas de stream, porque consideraba que no había una justa distribución de las ganancias para los músicos y por esa razón había enviado esa famosa carta a los ejecutivos de Apple Music, exigiendo que paguen a los artistas y productores por sus 3 primeros meses de servicio gratuito.
Los de Cupertino hicieron caso y Apple Music fue el único servicio online con el álbum “1989” disponible. De igual manera, para muchos esa carta había sido toda una estrategia entre ambas ambas partes.
Swift siempre había apostado al lanzamiento del material físico y así logró ser, junto a Adele, en las únicas con ventas certificadas como “Diamante” por la RIAA, en esta década.
La cuenta de Twitter de la RIAA había felicitado ayer a Taylor Swift por la venta de 10 millones de copias, es decir, “Certificado de 100 millones de canciones vendidas”. Una casualidad sumamente estratégica para Swift.
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Por su parte, hoy Katy Perry fue portada de la revista NME, donde explicó por qué decidió hablar sobre su enemistad con Taylor Swift, durante el programa, The Late Late Show, el pasado mes de mayo:
“James Corden me hace sentir segura a mí y a todo el mundo. Nadie me había preguntado por mi versión de la historia y hay tres lados de toda historia: uno, dos y la verdad“, dijo Perry.
La autora de “Bad Blood” nunca mencionó el nombre de Perry en las entrevistas, n 2014 dijo a la Rolling Stone, que su ex amiga le había robado algunos de sus bailarines. Esa era la versión de Taylor y hoy, Perry dijo que tres de los bailarines de Swift se fueron de su gira mundial para unirse a la de Perry.
Ella le dijo a Corden: “Intenté hablar con ella al respecto pero ella no quería hablar conmigo“.
“Es decir, no soy Budah, las cosas me irritan. Quisiera poder poner la otra mejilla todo el tiempo, pero tampoco soy una pusilámine. Especialmente cuando alguien intenta asesinar mi persoanje con niñas pequeñas (hablando de las Swifties), eso está jodido!“.
Y a pesar de que Swift contrató al colaborador de Perry, Max Martin, para componer junto a ella el tema “Bad Blood”, la cantante de Bon Appétit dijo que no le guarda ningún rencor al productor: “No puedo decirle qué puede y qué no puede hacer. Soy muy justa: soy súper justa y no soy una de esas personas que diría, ‘No podes hacer eso porque no me cae bien tal persona” y añadió: “Sí podes. Tomá tus propias decisiones… no soy su madre”.
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